Cuando empezamos a soñar con esta aventura, no sabíamos casi nada de lo que implicaba hacerla en moto. No es que hayamos aprendido gran cosa, pero algunas cositas nos fue dejando la experiencia. Además de aprender a tomarle algunos tiempos a nuestras máquinas, a sentirnos más seguros en nuestras maniobras y acordarnos que hay que cargar nafta para no quedar como salames buscando explicaciones en la ruta, descubrimos con sorpresa que, entre las ventajas de andar en este vehículo, está que en casi ningún lugar tuvimos que pagar peaje. No es un dato menor, cuando cada peso que se va ahora, puede ser unos kilómetros menos de recorrido antes de que nos tengamos que poner a trabajar.
Pero además -sabrán disculparnos los viejos motoqueros para quienes esto es casi una obviedad-, los espacios en la ruta se vuelven mucho más amplios y uno tiene en todo momento una noción cabal de cuánta distancia tiene de los otros vehículos y de la banquina. Pasar un coche o un camión -cuando ya se le perdió el temor a las turbulencias del aire, que ahora se sienten en el propio cuerpo-, no es algo complicado: las motos tienen mucha reacción y con muy poco espacio ya hay lugar para colocarse de nuevo sobre el carril correcto. Hasta ahora, además, los camioneros tienen cierta actitud piadosa con nosotros y hasta nos saludan a nuestro paso.
Otra ventaja es la sorpresa o el asombro que provoca en los puestos de control policial cuando les contamos lo que estamos queriendo hacer. Salvo en el caso de los insensibles polis cordobeces, en el resto de los controles o nos dejaron pasar o nos atendieron de maravillas; hasta en las aduanas nos dejaon pasar sin mayores obstáculos... Claro, esto ha sido así hasta ahora; veremos luego cómo sigue.
Nuestras motos, por su parte, responden fielmente por ahora. Las estructuras que les hicimos con la ayuda de Chichín para agregarle los baúles, siguieron firmes y -detalle fundamental cuando se anda mucho rato- no hacen ruido al marchar. Aunque al principio parecían grandes, alcanzaron con lo justo para poner todo el equipo. Pero además, el peso agregado, más el de de la moto misma con su piloto, nos dan una buena estabilidad en la ruta, incluso cuando pasamos o nos pasa un camión -uno de los temores que la inexperiencia nos infundía-, pues prácticamente no se siente la sacudida.
Hasta ahora las desventajas no han sido notables. Salvando aquéllas fruto de la gran cantidad de horas de viaje -cosa que intentaremos no repetir en adelante-, la única es la lluvia. Aunque no nos tocó ninguna hasta el momento, sí tuvimos breves tramos con alguna llovizna y, como diría Marcelo, las cosas se ponen "color de hormiga": más allá de la obviedad de mojarse, se complica la visión y uno no sabe bien cómo reaccionarán las cubiertas sobre el asfalto mojado. Claro que en este caso, no hay mucho margen para experimentar pues las consecuencias de una maniobra inapropiada las sufrirá en primer lugar nuestro propio cuerpo.
lunes, 22 de febrero de 2010
Ventajas de andar en moto
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Che, no se ilusionen con lo de los peajes...en otros paises las motos pagan -aunque menor costo-, como en Chile por ejemplo.
ResponderEliminarConejo, te siguo y estoy orgulloso de ti (se nota que soy cubano ehh;-). Se ve que las largas charlas en la terraza de 12 y malecon no fueron en vano. Un abrazo y palante. Nereo (Sigmund)
ResponderEliminarLocos me deleita leer, como suman experiencia, la verdad, que estan cumpliendo un sueño que a mi en otra etapa de mi vida me hubiera gustado hacer.Entro todos los dias a la mañana y a la tarde para ver si subieron algo. Y la verdad que el otro dia que estubieron un par de dias sin subir cosas, me habia empesado a caletar.
ResponderEliminarsaludos y un abrazo,
Fabian (Patoacha).
P/D: Cuando vuelvan me doy una vuelta por Santa Rosa asi nos conocemos.
El caminar un sueño nos mantiene en roce permanente con los límites, en la alabanza de la desmesura del escenario y del intento. La exploración de lo que está más allá del borde es la escencia del verdadero aprendizaje. Acá estaré para vivir a travéz de tus relatos, y un poco de prestado, este inmenso sueño.
ResponderEliminarGracias. Sony.
mar....te sigo.
ResponderEliminarSaludos desde La Pampa un abrazo Grande
ResponderEliminarRuben
Llevaron cremita para la entrepierna? la van a necesitar...
ResponderEliminarRodri, Marcelo no me pierdo un dia de entrar a ver como están, me pone muy felizz que todo les vaya de maravillas y que la estén pasando muy bien. Besoss y todo Cpetel los quiere y acompaña. Vero
ResponderEliminarJajaja !! Ramiro, que raro yo cambiandote el nombre, cuando llegué a casa contandole a mi marido y mis hijos de como iban, me dí cuenta que te habia puesto Rodrigo, perdoná, pero viste, soy así de despistada, siempre te dije Rodri. Besos y muy buenas las fotos. Vero
ResponderEliminarEEEhhhh marcelo que pasa con la "cana" coordobesa, viste como esta la caminera,jajaja, exitos en esta linda aventura Emiliano "el cordobes"""
ResponderEliminarMarce, me alegro que todo vaya bien, se te extraña en la pampa, sobre todo "chiquito", pero ya le explique que volves, jaja. Un abrazo grande para ambos. Cuidense
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