Dos amigos decidimos animarnos a la locura. Con casi nada, salvo una enorme ilusión y muchas ganas, resolvimos que era ahora o nunca el momento de concretar nuestro sueño: recorrer el continente americano en moto. Ahí vamos.

sábado, 20 de febrero de 2010

1800 kilómetros a pura muñeca

Y llegamos a Paraguay ¡Carajo! (Aclaración: usamos esta expresión tan nuestra porque no tenemos ni remota idea, por el momento, de cómo transmitir en guaraní -que sería lo más atinado- el júbilo que nos invade por haber recorrido los primeros 1800 kilómetros sin mayores inconvenientes -léase “mayores” no sin cierta desconfianza y malicia-). Arribamos después de tres agitados días de amoldar el trasero al asiento de nuestros bólidos, que son cómodos, pero inevitablemente promediando las cuatro horas de viaje ya uno comienza a “cachetearle” hacia un lado y hacia otro para que el cosquilleo lumbar -previo al siempre amenazante calambre de culo-, no se transforme en un martirio insoportable.

Después de un arranque digno de aventureros (¿?) con amicales abrazos de despedida (pero sin lágrimas -nos reservamos las mariconadas para más adelante-), nos lanzamos a devorar kilómetros sin la más mínima experiencia, pero con un entusiasmo arrollador. El primer traspié lo padecimos a los pocos kilómetros de haber ingresado a la provincia de Córdoba, es decir a no más de 180 kilómetros del punto de partida, y todo por la actitud insensible de un par de policías camineros que no tuvieron piedad con estos dos jóvenes y entusiastas motochileros, a quienes vacunaron sin contemplaciones con un multa de 185 pesos (a cada uno), por la sencilla razón de no llevar encendida la luz baja (aunque sí la de posición), cuando una advertencia, creemos, alcanzaba. Pero esta zancadilla no fue motivo suficiente para que nos amilanáramos (tal vez cambiemos de parecer cuando tengamos que pagarla) y seguimos adelante no sin mascullar algunos insultos a los polis, palabrotas que gracias a dios no traspasaron los límites de los cascos pues otra hubiera sido la historia. Fue así que después de 12 largas horas de rodar por las rutas llegamos a la casa de unos amigos cordobeses (Jorge Navarro y familia) donde comimos opíparamente y nos reparamos de los achaques de la travesía, para emprender nuevamente con las luces del nuevo día, la segunda etapa del tramo Santa Rosa-Asunción que, dicho sea de paso, no tuvo mayores novedades, más allá de algún que otro calambre pasajero que mitigamos con estoica grandeza, esto es: disimulando para que el compañero no se diera cuenta y comenzara a sospechar de una mala elección de co-equiper.

El tercer día fue agotador. 10 horas de viaje, con minúsculos descansos, desde la ciudad de Vera, Santa Fé, hasta Asunción (570 km). La idea era llegar antes de las 18.30 al puesto de frontera para embarcar las motos en la última balsa del día y cruzar el Pilcomayo hasta la capital paraguaya, cosa que logramos a puro acelerador y calambre de mano derecha. Si bien podríamos haber arribado al límite nacional con cierta holgura de tiempo, es de cristianos confesar que a mitad de camino nos quedamos sin nafta (error de juventud) y debimos desandar decenas de kilómetros para reabastecernos. (Hubo entrecruzmientos de miradas acusatorias, pero el incidente no pasó de ahí).

4 comentarios:

  1. Felicitaciones muchachos por la travesía que están encarando. Recién me entero de la misma y sinceramente les deseo la mejor de las suertes. Sin dudas son la envidia de muchos de nosotros que nos encantaría copiar sus hazañas sobre 2 ruedas. También soy dueño de una Jawa 300-9 y la estoy disfrutando muchísimo, aunque ustedes si que le están sacando el jugo!.
    Nuevamente felicitaciones y éxitos!!!.
    Diego Tarrío (La Plata, Buenos Aires).

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  2. Alberto D. Lobera3 de marzo de 2010, 3:12

    Me he enterado de éste emprendimiento y realmente tengo una sana envidia, dado que para mí es imposible, adelante y con fuerza que los estaremos ayudando desde nuestro lugar empujándolos. Yo tengo una Jawa 300-6 y soy un pampeano devenido en Sanluiseño desde hace muchísimos años y además pariente de Armando Lagarejo. Gentes los seguiré hasta el final. Un abrazo muy grande.
    Alberto Lobera, el Lobo_puntano

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  3. HOLA CHICOS, FUERZAS...DISFRUTEN, EXPERIENCIA QUE NO VAN A OLVIDAR EN SUS VIDAS,LO MEJOR PARA UDS.MUCHOS EXITOS, hasta pronto..lleven en la mochita botellita con nafta!!!!jajaja...te estrañamos Marcelo..ESTHER LA REFORMA

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  4. Tengo que confesar que tambien me quede sin nafta a escasos dias de salir de buenos aires... si se sentian unos giles, ahora al menos sientanse acompañados...
    Saludos!

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