Dos amigos decidimos animarnos a la locura. Con casi nada, salvo una enorme ilusión y muchas ganas, resolvimos que era ahora o nunca el momento de concretar nuestro sueño: recorrer el continente americano en moto. Ahí vamos.

martes, 22 de septiembre de 2009

Nuestros corceles ya braman sobre las rutas

Muchos escondieron una sonrisa burlona. Otros, en cambio, directamente se nos cagaron de risa cuando les comentamos que las motos que pensábamos comprar pesaban, nada más ni nada menos, que 180 kilos, es decir 2 veces y media nuestro propio peso. Algunos, incluso, habrán pensado: “estos Poncharelos en el primer porrazo van a tener que llamar al sargento Cabral para que los rescate de abajo del caballo”.

Ilusos todos. No sólo no nos caímos (por ahora), sino que ya desde los primeros kilómetros que nos deslizamos sobre sus lomos metálicos sentimos que Don Jawa había pensado en nosotros cuando diseñó esta moto.

Lo cierto es que en los últimos días hemos estado dando nuestros primeros pasos en las autolecciones de manejo y nos hemos animado no sólo a andar por las indomables calles de tierra del barrio, sino que nos deslizamos por las ondulantes rutas pampeanas, respirando los aires de la libertad (que estaban bastante frescos por cierto).

El proyecto, amigos, marcha viento en popa. Ya tenemos en nuestros bolsillos los pasaportes y en los próximos días contaremos con las licencias de conducir y con la papeleta completa de las motos, por lo que los santarroseños que aún permanecen incrédulos van ver con sus propios ojos que no era joda, que la cosa viene en serio. (Posiblemente se nos sigan riendo, pero ya no por no creernos, sino por la facha de Power Ranger del subdesarrollo que tenemos con los super cascos que nos compramos).

Aprovechamos este nuevo contacto para recordarles que nuestras alforjas están siempre abiertas para cualquier ayuda que nos quieran prestar.

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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Acá estamos

Acá estamos, queridos amigos, ya más avanzados en “el proyecto”. Y diríamos “mucho” más avanzados, porque tenemos lo fundamental para emprender un viaje en moto: las motos. El sábado 5 de septiembre cerramos la operación por nuestras Jawas. Para esto viajamos a Buenos Aires con la plata escondida en distintas partes de nuestras humanidades, porque si nos llegaban a robar, cosa que no descartábamos, no sólo nos llevarían el dinero –conseguido con la venta de nuestros autos-, sino que nos robarían lo principal: la ilusión y el sueño. Traspié del que difícilmente nos hubiéramos podido recuperar, al menos en el corto plazo.

Pero no hubo robos ni nada que se le parezca. Fue un buen viaje porque no sólo pudimos comprar las máquinas, sino que comprobamos que la gente que nos vendió las motos es, al menos esa es la sensación que nos quedó, buena gente, con la que podremos contar si nos pasara algo en pleno viaje.

Con las motos en el garage y secos como un ladrillo, comenzamos ahora una etapa nueva, la de afianzarnos en el manejo de los bólidos, para lo cual, advertimos, ya fueron tramitadas las correspondientes licencias de conducir, prueba práctica que haremos con una Zanella 50 (pequeña trampa al sistema), del amigo Juani de Pián.

Pero no sólo la etapa de conducción y conocimiento de las máquinas es la que empieza, sino también la de poner en práctica el operativo “mangazo”. En breve comenzaremos a recorrer los locales de los dadivosos comerciantes para que den rienda suelta de una vez por todas a ese espíritu de solidaridad que han tenido reprimido durante tanto tiempo. Sí, nosotros les vamos a dar la oportunidad para que liberen el buen samaritanismo que llevan adentro de sus corazones y que, por falta de excusas, no han podido expresar. (Por favor, ayúdenos!!!).

Todo esto que vamos a empezar a hacer en los próximos días no implica que durante estas semanas nos estuvimos rascando el higo, sino que, muy por el contrario, nos hemos movido para, entre otras cosas, vender los vehículos (hasta ahora uno solo –es que está duro el mercado del usado-) y para completar un cuadro de vacunación que sinceramente nos ha dejado los brazos a la miseria (de hecho este texto se lo estamos dictando a una secretaria, ante la imposibilidad de hacerlo por nuestros propios medios).

Bueno amigos, acá estamos, el proyecto no tiene vuelta atrás y comenzó el 5 de septiembre la primaveral cuenta regresiva. En los próximos días daremos cuenta de las prácticas en manejo y, esperemos, de las solidarias ayudas que hemos recibido. Desde ya agradecemos a todos los amigos, conocidos y familiares que nos alientan día a día. Un abrazo a todos.

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